Una prueba de sangre podría ayudar a determinar, en los primeros meses de gestación, el riesgo de que la madre desarrolle preeclampsia, una complicación del embarazo que cursa con un aumento de la tensión arterial, según un estudio británico.
La investigación, realizada por científicos de la Universidad de Bristol (oeste de Inglaterra), sugiere que un nivel bajo de proteína en la orina durante las primeras etapas del embarazo, cuando aún no han aparecido los síntomas, podría ser una señal de que la madre desarrollará esta grave enfermedad.
La preeclampsia, que suele aparecer entre el segundo y tercer trimestre de gestación, se caracteriza por el incremento de la tensión arterial, edema y presencia de proteínas en la orina (proteinuria). Este síndrome puede tener graves consecuencias para la mujer y el feto, puede provocar un aborto o un parto prematuro, y es responsable de la muerte de entre siete y 10 madres al año, según la Fundación Británica del Corazón (BHF), que ha financiado el estudio de la Universidad de Bristol.
Los expertos señalan en su estudio que medir el nivel de la proteína VEGF165b a las doce semanas del embarazo podría ser un «buen indicador» del riesgo de desarrollar esta patología. Esta prueba permitiría seguir de cerca la gestación de la madre, a la que se le podría suministrar aspirina, que ayuda a reducir el riesgo de preeclampsia en un 15%.
Estudios previos en los que trabajó el profesor Dave Bates, responsable de la presente investigación, indicaban que el grupo de las proteínas VEGF (factor de crecimiento del endotelio de los vasos) estaban relacionadas con esta enfermedad.
Así, se trató de establecer si una proteína de este grupo, la VEGF165b, contribuía especialmente al desarrollo de la enfermedad, por lo que se determinaron sus niveles durante el embarazo en 70 mujeres.
Las pruebas de los expertos mostraron que en embarazos normales, había un aumento de la proteína VEGF165b a las doce semanas de gestación, mientras que en las mujeres que desarrollaron preeclampsia apenas había una elevación de esa proteína. El análisis sugiere que su fuerte incremento se retrasa en las mujeres que la padecen.
El profesor Jeremy Pearson, director médico asociado de la BHF, ha declarado que desarrollar una prueba de sangre para anticipar el desarrollo de la preeclampsia es fundamental en medicina.
«Estos investigadores han encontrado algo vital. Si se confirma en otros estudios, se puede recurrir a una prueba de sangre que tendría la posibilidad de salvar muchas vidas», añadió Pearson. Hoy en día, los análisis rutinarios sólo pueden establecer un diagnóstico pasada la semana 20 de gestación.
La doctora Victoria Bills, señaló que, «si bien no hay actualmente un fármaco que cure la preeclampsia, una prueba de VEGF podría ser una guía para suministrar aspirina, que disminuye la incidencia de la preeclampsia en un 15%, e identificar a las mujeres que tengan síntomas, que deberían ser observadas más de cerca por el médico».