La sabiduría popular proclama que el consumo moderado de cerveza resulta beneficioso para la iniciación de la lactancia y un mayor éxito del amamantamiento.
¿Existe o no alguna base científica para esta creencia popular?. Se han hallado claras indicaciones de que la cerveza puede estimular la secreción de prolactina, principal hormona que estimula la lactogénesis o secreción láctea, tanto en mujeres no lactantes como en animales de experimentación.
El componente de la cerveza responsable del efecto en la secreción de prolactina no es el alcohol contenido, sino aparentemente un hidrato de carbono complejo (polisacárido) de la cebada, lo que explica que el efecto sobre la prolactina puede ser también inducido por cerveza sin alcohol.
Se han realizado estudios para evaluar los efectos clínicos sobre la inducción de la lactogénesis de la cerveza, y estudios breves han mostrado un disminuido ingreso de leche materna de los infantes después de un moderado consumo de alcohol por sus madres. Por ello, parece prudente no generalizar ni abogar por el regular uso de bebidas alcohólicas durante la lactancia, o bien referir a las madres hacia la cerveza no alcohólica.