Con la llegada de los meses más fríos del año, muchas personas renunciamos a salir a la calle para hacer nuestra rutina de ejercicios diarios.

Definitivamente, una de las soluciones para no perder la forma física, que con tanto esfuerzo hemos logrado, es comprar la maquinaria necesaria para seguir con la rutina de ejercicio sin tener la necesidad de salir de casa.

Sin duda, las cintas de andar o de correr son dos de los aparatos más comprados para llevar a cabo actividades físicas en el propio domicilio.

Si quieres saber más sobre este tipo de máquinas de cardio o  tienes dudas sobre a qué velocidad caminar en la cinta, a continuación hablaremos sobre  las diferencias entre las cintas de andar y correr y sus características.

Diferencias entre cinta de andar y cinta de correr 

Hay diferencias notorias entre estos dos tipos de maquinarias para hacer ejercicio. En primer lugar, el funcionamiento.

En las máquinas para correr, la cinta gira sobre una plataforma que se mueve y obliga al usuario a trotar, a la velocidad que él mismo quiera conseguir. Como su nombre lo indica, las cintas de correr están hechas para correr. Poseen distintas funciones que te permiten entrenar ejercicios a diferentes niveles o esfuerzo.

Éstas están hechas para todos los públicos, lo único que hay que tener en cuenta es que si tienes problemas de espaldas, tobillos o rodillas, es mejor que no hagas uso de esta serie de máquinas fitness. Si eres principiante y aún no estás acostumbrado a tener tu rutina de correr, te recomendamos que primero hagas uso de una cinta de andar para que vayas cogiendo el hábito y condición física.

La otra diferencia clara está en el diseño. Las máquinas para caminar suelen ser más robustas y compactas. En este sentido, cuenta con dos plataformas (una para cada pie) que se mueven indistintamente y de forma alterna. 

Este tipo de máquinas de fitness para andar pueden ser de dos tipos: con y sin motor. La diferencia más importante es la potencia, ya que la cinta de motor permite andar a una mayor velocidad.

En el caso de las cintas para correr, éstas funcionan a través de un motor y poseen una plataforma que gira y obliga al deportista a moverse constantemente.

Por último, el tipo de entrenamiento es diferente. Si bien las dos sirven para quemar grasa, la cinta de andar tiene una menor intensidad, por lo que es recomendable para aquellas personas con dificultades físicas en las piernas. 

Claves para elegir la cinta ideal

En definitiva, las diferencias entre ambas máquinas son notorias y por eso, para escoger la cinta perfecta, es necesario tener en cuenta nuestras propias necesidades para poder dar así con la cinta ideal para realizar nuestras actividades físicas en casa.

La clave, al momento de la compra, es tener en cuenta el uso que le vamos a dar. Por un lado, hay que tener en cuenta la cantidad de tiempo que le dedicamos al ejercicio semanalmente, para poder regular la velocidad cada vez que la utilizamos y evitar así lesiones.

No debemos abusar de la intensidad de la actividad física que realizamos. Es decir, debemos procurar mantener una velocidad adecuada a nuestra condición física y que no sobrepase nuestros límites. Definidas estas dos cuestiones primordiales, tendremos que optar por una cinta de correr, o running, o una cinta de andar.

En este sentido, si solemos correr y podemos mantener un ritmo importante, la máquina para correr es la mejor opción.

Por su parte, si tenemos algún problema físico que nos impide correr correctamente, o simplemente nos gusta caminar, la cinta de andar sería la recomendada para este caso.