Tras una ruptura nos sentimos desplazados, sin rumbo, parece que el mundo se viene encima y la peor parte es que pasamos de estar vinculados a otra persona a encontrarnos totalmente solos. Somos seres sociales, queremos a los demás para estar cómodos y las relaciones interpersonales son la base de nuestra sociedad. Aun así, los ritmos de vida modernos muchas veces nos impiden tener ese contacto humano que se supone que necesitamos. También hay que entender que la soledad no es un problema que aparezca sólo cuando no tenemos pareja o no veamos a nuestros amigos, a veces nos sentimos así incluso estando rodeados de gente.
Existen muchas formas para luchar contra la soledad, pero la más importante de todas es aprender a sentirse bien estando solo. El sentimiento de abandono relacionado con el desamor, no siempre es bueno superarlo lanzándose a otra relación romántica. En ocasiones es positivo dedicar un tiempo a la soledad, huir de los estereotipos y prejuicios que tiene la sociedad, conocerse uno mismo y aceptarse. Esto puede parecer difícil al principio, pero es necesario. Muchas veces, y sobre todo si ha pasado poco tiempo tras la ruptura, lo que se echa en falta no es a la pareja sino el cariño que transmitía, o directamente el placer sexual. Para estos casos, la tienda https://www.diversual.com/es/ pone a disposición de sus usuarios artículos eróticos destinados a encontrar el placer en uno mismo, con o sin compañía. Aunque se siga considerando un tema tabú, la sexualidad es una parte fundamental de nuestras vidas y un elemento importante dentro de nuestra salud.
Además de la aceptación de la soledad, hay otras formas de combatirla, que comienzan desde el diagnóstico. Es decir, entender cuáles son las razones porqué nos sentimos así y qué tipo de soledad es la que percibimos. Si es por una pérdida cercana, o por nuestra propia percepción mental, aunque contemos con amigos, familiares o una pareja que nos apoya. En cualquier caso, un ejercicio que puede ayudar a sentirse mejor es abrirse al mundo, compartir qué es lo que nos hace infelices y hacernos entender. Exteriorizar los miedos ayuda a cambiar la perspectiva desde donde los miramos. No hay que temer al rechazo ni encerrarse, un pequeño esfuerzo por compartir vivencias con los demás puede aportarnos mucho.
Realizar actividades fuera de casa es otro pilar en la lucha contra la soledad, pero también contra la depresión. Asistir a talleres, espectáculos, o ir al gimnasio ayuda a reactivarnos y a entrar en contacto con otras personas. De todos modos, todos estos actos requieren una toma de conciencia personal, y el primer paso lo tenemos que dar nosotros mismos.