Para actuar ante una insolación o golpe de calor, lo más importante es bajar la temperatura corporal e hidratar al niño de la siguiente forma:
- Bajar la temperatura corporal llevándolo a un lugar de sombra, fresco, tranquilo y ventilado.
- Ventilar el lugar para disminuir la temperatura corporal del pequeño.
- Quitar o aligerar la ropa para que el cuerpo se ventile.
- Mantener la cabeza un poco elevada.
- Mojar con una esponja o compresas de agua tibia que refresquen brazos y piernas. Se puede colocar un paño mojado en la frente, nuca, muñecas, axilas o ingles y dejar que se seque al aire hasta que descienda la temperatura. Conviene que la temperatura vaya descendiendo poco a poco, no intentar bajarla de golpe.
- Abanicar al niño con un abanico, periódico o ventilador hasta que descienda la temperatura.
- Ofrecer agua para rehidratarle. Si está excesivamente fría puede ser perjudicial, por lo que conviene que esté fresca pero no helada, dándole a beber pequeños sorbos de agua fresca si está consciente.
- Acudir al médico o a urgencias si no evoluciona favorablemente.
Tener un golpe de calor o sufrir una insolación nos hace más sensibles a las condiciones calurosas durante más o menos una semana después, por lo que habrá que evitar especialmente las situaciones de riesgo.
Cómo prevenir un golpe de calor o una insolación
Para atenuar las consecuencias de las elevadas temperaturas se deben poner en práctica medidas que favorecen los mecanismos de enfriamiento del cuerpo y aseguran una adecuada hidratación.
- Ejercicio: evitar el ejercicio físico cuando haga más calor, en las horas centrales del día. Programe las actividades físicas al aire libre en las horas más frescas del día y que cuando se produzcan sean en ambientes bien acondicionados y a la sombra.
- Vestido: llevar ropa ligera, amplia, a ser posible de algodón, floja, transpirable, y de colores claros, que absorben menos el calor. Al aire libre. Visera o gorrito que permita transpirar y una camiseta que sea cómoda, ligera y holgada. Descansar a la sombra o en lugares frescos y ventilados. En la playa o campo, aplicar un fotoprotector adecuado al tipo de piel, a la edad de la persona y a la zona donde se va a ir a tomar el sol. Evitar el centro del día, de 11 a 17 horas aproximadamente. Permanecer bajo la sombrilla y, mejor aún, en sombras más amplias y seguras (edificios, arboleda). Las gafas de sol también deben proteger los ojos de los pequeños.
- En casa: Cerrar las ventanas y bajar las persianas en las fachadas expuestas al sol y mantenerlas cerradas mientras la temperatura exterior sea superior a la interior y abrirlas al atardecer, cuando refresca, para ventilar la casa. Permanecer en las estancias más frescas, sobre todo en las horas centrales del día.
- Refrescarse: ducharse o bañarse con agua fresca, mojarse cara y manos. Usar ventilador o poner el aire acondicionado a una temperatura adecuada, sin que el chorro de aire vaya directamente al niño.
- Alimentación: Anticiparse a la sensación de sed y ofrecer con frecuencia abundantes líquidos a los pequeños (lo más sano, agua y zumos naturales). Dar fruta, verduras frescas y cocidas para una buena hidratación. El sudor excesivo hace que perdamos más líquido y electrolitos de lo habitual, por ello se debe beber más. Durante las actividades al aire libre, sobre todo en los días calurosos el agua y las bebidas deportivas son las bebidas más apropiadas.
- Debemos cuidar que los recién nacidos y lactantes pequeños estén bien hidratados porque en ellos el sudor no es tan apreciable ya que ‘su termostato’, el sistema de regulación de su temperatura, aún es inmaduro y puede pasar desapercibida una ligera deshidratación.
Errores frecuentes
- Mojarse la cabeza y luego aplicarse un gorro mojado. Esto disminuye la posibilidad del organismo de eliminar calor por la cabeza, por el aumento de la humedad local que puede conducir al desarrollo del golpe de calor.
- Tomar agua solo cuando aparece la sed. El organismo siente sed cuando ya lleva entre 20 y 30 minutos de deshidratado, por lo cual se debe tomar líquido 30 minutos antes de empezar la actividad física y cada 20 minutos durante la misma. Las bebidas tipo ‘cola’ son poco eficaces para la hidratación.