- Elige los cortes de carne sin grasa visible y sin piel (sobre todo en el caso del pollo).
- Elimina la grasa de las sopas y salsas, para ello puedes esperar a que se enfríe y eliminar después la capa que queda en la superficie con ayuda de una cuchara.
- Elimina de los platos de carne las partes grasas de ciertas piezas antes de cocinar. Así no llegara a la mesa y evitarás la tentación de comerla.
- Cocina los platos de forma sencilla, da preferencia al horno o a la plancha. Trata de evitar las elaboraciones que exigen rebozados y frituras.
- Si quieres acompañar tus platos con salsas, opta por las menos grasas y calóricas. Por tanto trata de elaborar las salsas sin natas y quesos.
- Recuerda que las salsas compradas son mucho más calóricas y grasientas que las caseras.
- Cocina con grasas saludables como aceite de oliva. Evita el aceite de coco y palma, rico en grasas malas (grasas saturadas) las mantequillas y margarinas, así como otras grasas de origen animal.
- Utiliza en tus recetas leche y productos lácteos desnatados o bajos en grasas, evitando así la leche condensada, la nata o los quesos grasientos.
- Evita los platos precocinados así como distintos productos ya hechos, como cremas, salsas, postres, etc. porque aportan más grasas y calorías que sus versiones caseras.
- Utiliza edulcorantes para elaborar tus platos.
- Prepara tus postres con fruta fresca en lugar de fruta enlatada o en almíbar.
- Evita la repostería industrial. Apuesta por preparar tus postres con recetas saludables.
- Añade verduras y hortalizas a tus menús.
- Sirve los postres en cantidades moderadas, más bien pequeñas si lo que quieres es evitar el consumo de este tipo de alimentos tan ricos en grasas malas y azúcares.
Llegan las fiestas de fin de año y las comidas abundan pero también pueden abundar las calorías sin embargo con unos pocos secretos y consejos es increíble como todo puede cambiar para beneficio y no engordemos, hay que cuidar el tipo de cocción y de elaboración de los alimentos.