Los alérgenos son elementos bajo cuya exposición una persona potencialmente alérgica produce una reacción. Si bien esa predisposición no se puede todavía manejar ya que forma parte de la herencia genética, sí se puede retardar o reducir la ocurrencia de alergias en neonatos actuando sobre aquellos agentes potencialmente alergénicos. Teniendo en cuenta que las alergias (y también el asma bronquial, enfermedad muy relacionada a ellas) se presentan en familias, es necesaria la prevención en los casos de niños nacidos de padres alérgicos y/o asmáticos.
Entre los elementos que deberemos controlar están los alérgenos llamados inhalantes. Los especialistas indican que la exposición temprana a estos elementos aumenta su posibilidad de volverse alérgico a esas sustancias que son transportadas por el aire.
El desarrollo en bebés pequeños de alergias a los ácaros está en directa relación con la frecuente exposición temprana a los ácaros. Podemos tomar medidas que pueden controlar de un modo agresivo a los ácaros en el hogar para reducir la ocurrencia de alergias. Se recomienda quitar alfombras, muebles tapizados, y objetos que acumulen polvo en el cuarto de los lactantes, usar cubiertas plásticas en almohadas y colchones, y tratar periódicamente la ropa de cama con agua caliente. Es necesario también evitar la humedad excesiva en la casa, que proviene de las paredes no aisladas, pérdidas de cañerías, etc.
Asimismo, los lactantes de familias alérgicas no deben ser expuestos a mascotas dentro de la casa durante los primeros años de la vida. Esto podrá prevenir el desarrollo posterior de alergia a sus derivados, como una proteína de la saliva del gato que queda en el pelo que el mismo elimina, y que toma contacto con el bebé. El desarrollo de alergia a los gatos en niños ha sido asociado por los investigadores con la presencia de un gato en casa en la época del nacimiento.