Por fin estáis todos de vacaciones, y ahora os toca descansar y disfrutar en familia. Tanto si os quedáis en vuestro lugar de residencia habitual como si aprovecháis para ir a un sitio diferente unos días, hay algunos aspectos que hay que tener en cuenta para que las vacaciones no se conviertan en una pelea continua.
En primer lugar, hay que ajustar expectativas. A veces los padres queremos aprovechar las vacaciones para poner la casa al día y hacer tareas que habitualmente vamos dejando porque no tenemos tiempo, pero también hay que tener en cuenta que los niños están deseando pasar más tiempo con sus padres y hacer cosas diferentes. Por tanto, es necesario compatibilizar ambos aspectos.
Si pasáis las vacaciones en casa, es importante que los niños sigan teniendo una cierta rutina y organización de actividades. Vacaciones no debe ser sinónimo de caos, porque sino lo único que conseguiremos es que los niños no sepan nunca qué viene después y se pongan nerviosos. Conviene, sobre todo con los más pequeños, adaptar las actividades a sus horarios de sueño y comidas siempre con una cierta flexibilidad.
Quedarse en el mismo lugar de residencia no tiene porque ser un rollo. Seguro que hay un montón de cosas que se pueden hacer que de normal no se hacen. Se puede consensuar con los niños a ver qué les apetece a ellos y tratar de hacer un calendario vacacional que les ayude a organizarse. Hago mucho hincapié en que exista una cierta organización, porque a los niños eso les da seguridad. ¿Os imagináis que en vuestras vacaciones viene un familiar y os van llevando de un lado a otro sin previo aviso?
Puede que al principio os resulte emocionante, pero llega un momento en el que preguntaríais: «¿qué vamos a hacer mañana?». Todos necesitamos un cierto orden, aunque sea en vacaciones. Un niño necesita saber por ejemplo que tras levantarse tiene que desayunar, y después viene un rato para jugar en casa, más tarde irá al parque y después hay que comer y echar la siesta. Y ya por la tarde irán a la piscina con su amigo Juan. Si se lo ha pasado fenomenal al día siguiente querrá volver a la piscina con su amigo Juan. Si ese es vuestro plan, estupendo, pero si habéis decidido ir a pasar el día a otro sitio debéis anunciárselo con antelación.
Como elegir el lugar de vacaciones
Si os vais fuera con los niños, tened cuidado en la elección del destino. Ahora ya no puede ser un viaje a la aventura. Con niños, cuanto más planificado sea el viaje mejor. Por tanto:
- Una vez elegido el destino, recopilad material para ir enseñando al niño dónde va a ir, y qué va a ver.
- Las vacaciones ‘turísticas’, para ver cosas, no suelen ser lo más recomendable para viajar con niños. Si aún así ese es vuestro destino, reservad siempre unas horas al día para hacer algún plan exclusivo para ellos.
- Los bebés se acoplan mejor al destino que deseéis siempre que respetéis sus rutinas y juguéis un poco con ellos el rato que estén despiertos. A medida que van siendo mayores necesitan por lo menos que haya una actividad dirigida a niños durante el día. Ya están en edad de correr, saltar, trepar y por tanto necesitan espacios abiertos donde poder hacerlo.
Algunos trucos
- Puede llevar algunos de sus juguetes. Como querrá llevárselos todos, puede ser útil que le deis una mochila y le digáis que sólo puede llevarse lo que cabe en esa mochila.
- Para el viaje conviene llevar a mano algún cuento de pegatinas o de pintar para que se pueda entretener en un momento dado. Hoy en día con los DVD del coche muchos padres viajan más tranquilos porque los niños van más entretenidos. Aún así no tiene que estar enganchado a la tele todo el rato. Aprovechad vuestra imaginación y echad mano de los juegos de toda la vida (canciones populares, jugar al veo-veo, contar historias, contar chistes).
- Lo importante de las vacaciones con los hijos no es el lugar en el que estéis, sino el hecho de estar juntos y poder disfrutar de esa vida familiar que habitualmente se ve resentida por las prisas del día a día. Ahora bien, insisto en que las vacaciones deben tener una cierta organización o planificación y no deben ser sinónimo de caos.