Además de los beneficios obvios que tiene dormir, está más que estudiado que, además, es un auténtico elixir antienvejecimiento, siempre y cuando se cumplan dos requisitos indispensables: dormir, como mínimo, ocho horas y hacerlo siempre de noche ¿El motivo? Entre las doce de la noche y las cuatro de la mañana se produce mayor cantidad de melatonina (hormona del crecimiento), estrechamente relacionada con la regeneración celular de nuestra piel. Por tanto, durante estas horas la producción de colágeno alcanza su momento álgido.
Es importante hacerlo durante un mínimo de ocho horas para fortalecer nuestro sistema inmunitario y para controlar nuestra sensación de hambre, ya que durante la noche se segrega la hormona que regula esta sensación.
Y si no lo concilias…
Hemos hablado de la teoría, pero entendemos que no siempre es fácil alcanzar ese sueño reparador. Sin embargo, existen algunos métodos que te pueden ayudar: además de tomarte el consabido vaso de leche caliente antes de acostarte, acompáñalo de una sesión relajante de bostezos y estiramientos suaves.
Además, existe ropa de cama diseñada específicamente para ayudarte a conciliar el sueño. Aunque pueda parecer ciencia ficción, la explicación está avalada científicamente: según el American Institute for Stress, Nacional Sleep Foundation y la Universidad de Atlanta, la eliminación de la electricidad estática acumulada en nuestro cuerpo mejora en un 78% la calidad del sueño. Por eso, la empresa española Aitex ha diseñado unas sábanas que neutralizan esta electricidad estática, ayudando, consecuentemente, a conciliar el sueño, además de aliviar tensiones y contracturas musculares.