¿Nos imaginamos la escena miles de veces? ¿No nos equivocaremos? ¿Cuándo es justo el momento? ¿Iremos en remix, en tren, en avión? Todo medio de transporte puede ser posible, en nuestra cabeza y nuestro corazón la urgencia es llegar a la camilla antes de que el bebé llegue a este mundo.
El Gran Momento
Y por fin llegó el gran momento-¿Estás segura? ¿Controlaste las contracciones? ¿Son cada 5 minutos? Quédate tranquila que yo llamo a la matrona (mejor que estés tranquila que para nervioso estoy yo.) Esta historia se repite con sus variaciones cada vez que comienza un trabajo de parto y una pareja está iniciando ese viaje que los lleva al nacimiento de los hijos y al nacimiento de ellos como padres. El embarazo fue transcurriendo normalmente, todo se fue dando dentro de lo esperado, tanto que llegado el término asalta la duda de todas las mamás y papás: ¿Me voy a dar cuenta de las contracciones de parto? ó ¿Sabré distinguirlas de las contracciones que tengo en el embarazo? ó ¿Llegará a tiempo al sanatorio? ó ¿No será una falsa alarma? El momento de salir para el sanatorio es probablemente uno de los más pensados y hablados sin que por esto resulte sencillo. Para empezar, es una situación particular en la que la pareja debe hacer un adecuado diagnóstico de trabajo de parto ó con los pocos elementos que puede brindar un curso de preparación para el parto. Y ni que hablar si no realizaron ninguna preparación.
¿Podemos equivocarnos?
En primer lugar, dada nuestras costumbres culturales, los partos se hacen en instituciones de salud, clínicas, sanatorios hospitales, a los que hay que arribar durante el trabajo de parto, ni muy al inicio ni sobre el final. Esto no es nada fácil, menos en un momento tan trascendente, donde a veces hay dolor físico, sumado a síntomas poco comunes como puede ser la salida de líquido en caso de rotura de bolsa, sumado a las más diversas fantasías sobre la salud del bebé y sobre la propia. Un poco en tono de confesión, quiero remarcar que el diagnóstico de trabajo de parto, es uno de los más complicados para médicos y parteras y que a diario nos enfrentamos con el dilema de determinar si una mujer está en trabajo de parto o no, ya sea en el primer parto, como en una mamá con varios partos previos, en las que muchas veces se encuentra dilatación desde algunas semanas previas al parto; definir que una mujer está en trabajo de parto es una tarea compleja.
¿Qué es el trabajo de parto?
Creo que a esta altura debemos detenernos un poco para tratar de definir el término trabajo de parto. Es, básicamente el proceso por el cual el bebé, impulsado por las contracciones uterinas, atraviesa el canal del parto y sale al exterior. Este ¨trabajo¨ implica una serie de modificaciones siendo las más notorias la aparición de las contracciones de parto. La característica que las distingue de otras contracciones es la periodicidad y la duración. La dilatación se produce como consecuencia de estas contracciones. Otro fenómeno que puede ocurrir es la rotura de la bolsa, que se manifiesta por la salida de líquido -“líquido amniótico”- por los genitales, generalmente con un volumen lo suficientemente importante, como para no confundirlo con otro fluido corporal. El trabajo de parto es un proceso que suele durar varias horas, nunca días. Cuando es normal, se caracteriza por la progresión, o sea por cambios en un determinado tiempo. En consecuencia, para definir que un trabajo de parto, se requiere tiempo para comparar la evolución entre dos momentos. Obviamente, si una mujer consulta con contracciones cada 3 minutos y tiene 7 centímetros de dilatación, no necesitamos 2 horas para poder diagnosticar que está en trabajo de parto, pero a veces vemos mujeres que tienen contracciones cada 5 o 7 minutos y que están con 3 o 4 centímetros ,y que no están aún en franco trabajo de parto. En estos casos, una mala interpretación de la situación puede llevar a la toma de decisiones erróneas, y complicar la evolución del proceso.