No es un tópico, sino una afirmación avalada por recientes investigaciones científicas, que demuestran que es un excelente método para aliviar el estrés, reducir el colesterol y quemar calorías, entre otras cosas.
Además de estos beneficios para nuestra salud, es un excelente tratamiento de belleza para nuestra piel. ¿El motivo? Cuando se mantienen relaciones sexuales se segregan estrógenos, una hormona sexual femenina cuyos beneficios para la piel están más que demostrados. Según investigadores de la Universidad de St. Andrews y Edimburgo, las mujeres que producen una mayor cantidad de estrógenos son más atractivas. Tras un estudio durante seis semanas con 59 féminas de entre 18 y 24 años, se comprobó que aquellas que tenían un aspecto más saludable eran las que tenían los niveles más altos de estrógenos.
Además, los poros se limpian gracias a la transpiración, de forma que se reducen los puntos negros, granitos y demás imperfecciones cutáneas.
Ya hemos enumerado unas cuentas razones que justifican la comparación del sexo con un tratamiento de belleza. Pero hay más. Si decimos que el sexo relaja, puede que estemos diciendo una obviedad conocida por todas, pero está más que demostrada científicamente ya que se segregan endorfinas –más conocidas como hormonas de la felicidad- y oxitocina.
Ésta última hormona no sólo produce sensación de bienestar y reduce los niveles de estrés, sino que además facilita el sueño. Además, se cree que puede reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares.