Son fechas muy especiales y para tu estado conviene que te organices: para vestirte, comer, dormir… Sólo es cuestión de seguir cuidándote sin dejar de disfrutar al máximo de las fiestas.
Los excesos en las comidas de las fiestas pueden causar malestar y pesadez. Pero, si además, estás embarazada conviene:
- Evitar las comidas muy copiosas.
- Masticar cada bocado para facilitar la digestión.
- Comer y beber despacio, sin prisas.
- Limitar o evitar todos aquellos platos demasiado grasos: embutidos, entremeses que lleven hojaldre, estofados o guisos con exceso de aceite o que incluyan carnes muy grasas, platos con salsas que lleven nata, queso o mayonesa, platos muy condimentados o picantes, y los alimentos muy dulces.
- Dar prioridad al pavo, a las aves de caza o al capón, que están en plena temporada y resultan menos indigestos, y evitar el cordero y el pato. También se puede recurrir al pescado al horno.
- Sustituir el café por infusiones de manzanilla y anís verde o hierbabuena, que facilitan la digestión.
Con moderación
Algunos alimentos están contraindicados durante el embarazo, como el alcohol, los quesos blandos, elaborados sin leche pasteurizada y que pueden contener una bacteria llamada listeria, al igual que los patés. También debes tener cuidado con embutidos y carnes marinadas, sobre todo si no has tenido toxoplasmosis; el café y los frutos secos, que pueden provocar alergias.
Modera el consumo de turrones y dulces, pero no te prives de piña, que alivia el ardor de estómago y el estreñimiento; y puedes comer patatas, mejor asadas o cocidas; pavo o cordero, pero sin la piel; el pescado azul, como el besugo, rico en ácidos grasos omega 3 y 6; y roscón de reyes, pero el clásico que lleva frutas, sin nata. Para brindar no es malo que bebas un sorbito de champán y tomes una onza de chocolate negro, pero sin abusar.
Buenas costumbres
Es momento de que la futura mamá adopte buenos hábitos para poder estar en forma y disfrutar de las comidas, cenas y fiestas con la familia y los amigos. Lo importante es descansar y no prolongar demasiado las veladas, aunque tampoco es cuestión de irse a la cama como los niños.
Si has dormido poco la noche anterior, disfruta de una siesta a lo largo del día, pero de no más de 15 ó 20 minutos y no inmediatamente después de comer. Además, en lugar de tumbarse, es preferible permanecer recostada en el sofá. Por la noche ocurre lo mismo, por eso, hay que dejar pasar por lo menos dos horas entre la cena y el momento de acostarse.
Siempre a la última
Embarazada y a la última moda es posible. No renuncies a llevar la ropa que te gusta, a pesar de que tengas unas cuantas tallas más.
La moda premamá tiene que ser práctica a la vez que moderna para intentar seguir usándola después del parto. Puedes ponerte un vestido amplio de inspiración años 60 y 70 con unos leggings o unas medias de colores. También puedes escoger vestidos de fiesta adaptados a tu estado, para que puedas cenar, moverte e incluso bailar un poco de manera cómoda.
No abuses de los tacones altos, sobre todo si tienes que permanecer de pie y se te hinchan los pies. Opta por bailarinas de colores o zapatos de salón de tacón medio.