Bolsas de patatas fritas, chucherías, hamburguesas. La mala alimentación en los peques es demasiado habitual. Enseña a tus hijos a comer bien. Con el tiempo, te lo agradecerán. ¿Sabes cómo hacerlo? ¡Atenta!
Durante la infancia, se desarrollan los hábitos nutricionales y el aprendizaje se realiza por imitación de los mayores. Los padres y profesores juegan un papel esencial en esta educación alimenticiay, para comenzar bien esta tarea, es necesario dar ejemplo.
Javier Aranceta, miembro del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, señala que el desayuno es la comida más importante del día y, quizás, la que más se abandona por las prisas. El principal problema es la ausencia de fruta, sólo el 25% de nuestros hijos comen fruta.
La primera comida del día debe convertirse para los niños en un momento agradable, que sirva para fomentar la comunicación entre padres e hijos y que brinde, además, la oportunidad de disfrutar de una rica y variada dieta que incluya lácteos, cereales y fruta.
Con el tentempié de media mañana y la merienda existe un problema: se abusa de los bollos. Es responsabilidad de los padres preparar un bocadillo en condiciones.
La cena también supone un problema. Por haber comido en el colegio, los padres piensan que ya han cumplido con la buena alimentación y obsequian a los niños con pizzas, hamburguesas o cualquier derivado de comida rápida. Javier Aranceta recomienda a los papás que conozcan el calendario del colegio para organizar bien la última comida antes de dormir.
La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y la de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) han elaborado un libro de consejos para proporcionar a tus hijos una alimentación saludable. ¡Hazte con él y ponte en marcha!