El hombre ideal de cada mujer, por el que siempre ha suspirado, puede dejar de serlo cuando ellas empiezan a tomar la píldora, según una nueva investigación. Si tradicionalmente las chicas se han sentido atraídas por los varones que son genéticamente diferentes a ellas, algo que perciben a través del olor, cuando toman la píldora prefieren a los chicos con genes similares. Un cambio de gustos que podría tener consecuencias negativas en la fertilidad.
«Alterar la atracción instintiva de las mujeres hacia los hombres con una genética diversa puede hacer más difícil que ellas se queden embarazadas, aumenta el riesgo de aborto espontáneo y hace que el tiempo que transcurre entre una y otra gestación también sea más largo», explica Craig Roberts, de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) y autor del estudio que publica la revista ‘Proceedings of the Royal Society Biological Sciences’.
Para llegar a estas conclusiones, Robert y su equipo, con la colaboración de la Universidad de Newcastle, analizaron las preferencias masculinas de 97 mujeres voluntarias entre los 18 y los 35 años antes y después de tomar la píldora. Para cada una de las participantes seleccionaron a tres varones con similitudes genéticas a ellas (que habían estudiado previamente) y tres con genes diferentes.
Las mujeres tenían que elegir, basándose en el olor que habían impregnado los chicos en camisetas con las que habían dormido dos noches seguidas, cuál era su pareja ideal, con la que tendrían una relación larga y por quienes no se sentían atraídas en absoluto. Hicieron una primera selección cuando ninguna tomaba la píldora y, a los tres meses, volvieron a elegir, cuando aproximadamente la mitad ya estaba con el anticonceptivo.
«Los resultados del experimento mostraron que cuando las mujeres empezaron a tomar la píldora cambiaron sus gustos y elegían a los varones con genética parecida a la de ellas», indica el investigador.
Estudios previos en ratas y personas habían señalado que el sexo femenino se siente atraído por hombres genéticamente distintos, algo que detectan mediante el olor corporal, ya que ciertos genes, los que forman parte del Complejo Principal de Histocompatibilidad, influyen en el olor al interactuar con las bacterias de la piel. Esta tendencia natural tiene que ver con la supervivencia de la especie.
Sin embargo, al mezclarse genes parecidos, «las complicaciones no son sólo para la fertilidad de la mujer, sino que el niño puede nacer con un sistema inmune más debilitado, ya que tiene ciertas carencias genéticas», concluye el autor, que apunta que aún se debe estudiar más este tema.
Diferencias entre solteras y casadas
Además de confirmar la influencia del olor corporal a la hora de elegir pareja, la investigación también ha observado que, en ausencia de la píldora, las mujeres solteras tienden a sentirse atraídas por hombres con genes más similares a ellas que las casadas, que buscan a los que tienen la cadena de ADN más diversa.
Esto puede deberse, «al mayor deseo de las señoras casadas de tener hijos que hace que, inconscientemente, busquen la diversidad genética para mejorar la especie», señalan los autores.
Asimismo, la píldora puede ser en último caso la responsable de la ruptura de algunas parejas, según el estudio. «Si en una relación, la mujer empieza a tomar la píldora y, como consecuencia, sus gustos hacia el sexo masculino cambian, puede que ya no se sienta más atraída hacia su novio o marido y ponga fin a la relación», escriben.