Una investigación señala que al día siguiente ellas se sienten culpables.
Hace tiempo que el sexo dejó de ser un tabú para las mujeres. Hace tiempo que ellas se atreven a disfrutar sin complejos de las artes amatorias y que hablan abiertamente de sus aventuras, tanto o más que ellos. Pero en esta revolución sexual hay un aspecto que se ha quedado por el camino y que marca una diferencia clara entre hombres y mujeres. El sexo de una noche no está hecho para las chicas.
En la época de la igualdad –que en España cuenta incluso con un Ministerio propio- la actitud hacia los escarceos esporádicos sigue siendo distinta en el sexo femenino y en el masculino. Mientras los varones ven el sexo casual como algo divertido, sin más complicaciones, las mujeres se suelen sentir culpables a la mañana siguiente, según apunta una reciente investigación publicada en la revista ‘Human Nature’.
El trabajo, realizado por la profesora Anne Campbell, de la Universidad de Durham (Reino Unido), con 1.743 hombres y mujeres que tuvieron sexo de una noche, sugiere, sin ánimo de generalizar, que las féminas no se han adaptado a este tipo de relaciones y que en cuestiones sexuales para ellas es mucho más importante la calidad que la cantidad.
Al examinar las sensaciones de los participantes tras una noche de sexo casual, Campbell observó que ellas se encontraban peor y tenían actitudes más negativas hacia lo que había sucedido. Si el 80% de los hombres reconoció haber disfrutado con la relación, el porcentaje de mujeres que lo veían como algo positivo era del 54%. Y de esta cifra, muchas se habían dejado llevar con la esperanza de que no se quedara sólo en el rollo de una noche, sino que fuera el principio de algo más duradero.
«Se trata de una cuestión adaptativa. Las mujeres, a nivel afectivo, no se han adaptado aún a estos encuentros sexuales», explica la autora en ‘Science Daily’. En la encuesta, lo que más molestaba a las chicas fue «sentirse usadas, como objetos» y se mostraban preocupadas por su reputación. «No es la brevedad del encuentro lo que les hace sentirse así, sino que los hombres no mostraran ningún aprecio por ellas», matiza la investigadora. Además ellas se quedaron sexualmente menos satisfechas que los hombres.
La influencia del ciclo
Sin embargo, aunque no encuentren gran placer en este tipo de aventuras amorosas, el estudio señala que una de las razones por las que caen en el sexo esporádico tiene que ver con el ciclo menstrual. Durante la fase de ovulación (entre los días 10 y 18 del ciclo) el deseo sexual de las féminas aumenta y, con ello, la preferencia por las relaciones de una noche.
Por una cuestión evolutiva, cuando las mujeres se acuestan con un hombre piensan en algún momento, aunque sea de forma inconsciente, en cómo sería como posible padre de sus hijos.
«Tradicionalmente a las mujeres les importaba mucho encontrar pareja y elegir bien y esta actitud no es tan fácil cambiarla», explica Campbell.
A pesar de esto, algunos biólogos insisten en que las mujeres podrían beneficiarse de la experiencia del sexo casual.