Después de haber repasado a las mejor vestidas del evento, toca ver la otra cara de la moneda. Aunque, como he dicho, fue una alfombra roja muy conservadora en la que apenas hubo sorpresas, sí que unas cuantas patinaron por intentar destacar sin acertar con su elección, o por ser tan sosas que no estaban a la altura de una noche como la de Los Oscar se merece.
Escotazo, brilli-brilli, falda con raja, cola, gasas… este diseño de Zuhair Murad lo tenía todo y más. Cuando la sobriedad y el minimalismo fueron la marca de la noche Chrissy Teigen destacó para mal con este vestido al que le sobraban, por lo menos, un par de elementos y enseñar un poco menos de piel para hacerlo más glamouroso.
Otra invitada que pecó por exceso ya que, aunque el top es muy discreto, la falda es demasiado grande y voluminosa, la gran raja no le ayuda nada y encima estaba arrugadísima, un detalle que no ayudaba a mejorar el conjunto. El rojo del color de Dorith Mous es bonito, pero los diferentes tejidos del top y de la falda hacían que fuera de tonos diferentes, que se mataban entre sí. Y los aparatosos zapatos son la guinda del desastre.
Felicity Jones intentó conseguir el look princesa pero fracasó con el diseño de Alexander McQueen. Personalmente, me encanta este diseñador, pero el vestido no le favorecía nada, ni el color ni la silueta, demasiado recargada. Además, la tela de la falda como de satén brillante hacía que pareciera de peor calidad de la que realmente es.
Aunque la modelo Karolina Kurkova es espectacular, este diseño de Marchesa no le favorecía mucho, ni en el color, ni en la forma. Lo que menos me gusta es la rigidez de la tela, que hace que pierda las formas naturales de su cuerpo y parezca una columna sin gracia ninguna. El pelo tan recogido tampoco ayuda a darle ninguna vida al look.
El intento de Lorelei Linklater de buscar un look diferente eligiendo un vestido de Gabriela Cadena también puede considerarse un fallo por exceso. Demasiadas cosas en un vestido que no pegan entre sí y que parece la mezcla de dos diseños diferentes. Si hubiera eliminado la parte de transparencias, podría haber quedado algo elegante, pero por desgracia el conjunto es demasiado abigarrado.
Son muchos los que opinaban anoche que Marion Cotillard era una de las mejor vestidas de la noche gracias a un exclusivo diseño de Dior. Sin embargo, mi opinión es bien distinta ya que, aunque me encantó el elegante look parisino de la actriz al verla de frente, cuando se giró el extraño fruncido en la parte baja del vestido lo arruinaba totalmente. Le hacía una forma rarísima y le quitaba todo el glamour de golpe. Una pena, porque por delante el diseño le quedaba de 10.
El diseño de Louis Vuitton que eligió Nicole Kidman me pareció, ya no conservador, sino aburridísimo y una decepción para una fiesta como la de Los Oscar. Se pasaba de sencillo y no tenía gracia ninguna, ni siquiera el cinturón rojo haciendo contraste le aportaba nada a un diseño en un amarillo apagado muy poco favorecedor. Además, el clutch me parece muy aparatoso y no encaja en absoluto con el resto del estilismo.
Christian Siriano es uno de mis preferidos entre los nuevos diseñadores, pero tengo que reconocer que el modelo que eligió Solange Knowles no era nada acertado para la ocasión. Demasiada tela, no ya sólo en la parte superior con el cuello vuelto, sino también en la parte inferior, entre los pantalones anchos, las capas y la caída tipo poncho/abrigo largo del top que lo hacía demasiado pesado.
Un diseño de Versace que, aunque no era especialmente llamativo, tampoco se acomodaba mucho al estilo en general del Zoe Saldana. Un modelo que ya hemos visto millones de veces, nada novedoso y que no es especialmente elegante. Además, el color no le favorecía mucho, aunque el pelo y el maquillaje me parecieron acertadísimos.
En mi opinión, de las peores de la noche con un diseño nada elegante y plagado de volantes ya pasados de moda. El corte del vestido no le daba ninguna forma a su cuerpo y los tirantes estaban tan bajos que parecía que se le iba a caer en cualquier momento. Además, la mezcla de apliques en brilli-brilli y de los colores en negro, gris, rojo… dan como resultado una mezcla muy extraña que le quitaba cualquier rastro de elegancia.