Dejar de fumar mejora del cutis y retrasa la aparición de arrugas.
- Mujeres, menores de 55 años y grandes fumadores, engordan más.
- Aumento de peso e irritabilidad, razones para dudar en dejar de fumar.
- El síndrome de abstinencia aparece escasas horas después de no fumar.
Combinar el ejercicio físico y una dieta equilibrada durante los primeros meses tras dejar de fumar ayuda a que no se produzca una ganancia de peso producto del ‘síndrome de abstinencia’, según Justa Redondo experta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaco (CNPT).
Las mujeres, los menores de 55 años, y quienes fumaban más de 15 cigarrillos diarios son, según el criterio de esta especialista, los principales candidatos a notar esos kilos de más, cuya génesis empieza a ser conocida ahora.
«La ganancia coyuntural de peso, una media de 2,5 kilos persona, puede ser fácilmente neutralizada
El aumento de peso se produce por la falta de la habitual nicotina que «modifica los procesos termorreguladores y tiene como efecto el que se depositen más sustancias grasas en el organismo», explica. Además, también afecta que aumente la ingestión de alimentos debido a la recuperación del olfato y el gusto.
El aumento de peso y la irritabilidad, provocados por el ansia de nicotina, según los expertos, son una de las más importantes razones para dudar en dejar de fumar, insiste la doctora Redondo. «Tales síntomas están relacionados con un síndrome de abstinencia que se presenta escasas horas después de haber dejado el tabaco, aunque alcanzan su cota máxima durante los dos días siguientes y no desaparecen hasta pasado un mes, aproximadamente, si bien el aumento del apetito puede llegar a mantenerse durante meses», señala.
En cuanto a los beneficios, recuerda que, aunque los problemas con el peso inciden más en las mujeres, también son ellas las que obtienen más beneficios de un eventual abandono del tabaco, ya que mejora del cutis y retrasa la aparición de arrugas. Aunque, a su juicio, «lo principal es que mejorarán todos sus parámetros de salud y de prevención, y no digamos si además están embarazadas».
Por otra parte, recuerda que los hijos de madres fumadoras suelen nacer con un significativo déficit de peso, «aunque basta que se deje de fumar al comienzo de la gestación para que el niño nazca con las mimas características que los de madres no fumadoras». Asimismo, indica que la eliminación del tabaco durante la gestación puede prevenir el 5% de las muertes perinatales, un 20% de nacimientos con bajo peso y un 8% de casos de prematuridad.
Por otro lado, y por si no fuera suficiente aliciente saber que la retirada del tabaco es el mejor freno contra el cáncer de pulmón y otras patologías respiratorias y cardiovasculares, junto a la mejor manera de ganar en años y calidad de vida, las mujeres que dejan de fumar retrasan también la menopausia hasta la edad en que generalmente aparece en las no fumadoras.