Aunque lo típico del verano es lucir una piel bronceada, no por ello hay que descuidar los cuidados básicos de la piel y de la salud. Estar al sol y al aire libre es muy beneficioso, pero en ningún caso puede hacerse sin seguir unas reglas básicas de protección. Los datos son increíbles, ya que cada año se diagnostican 200.000 nuevos casos de melanoma en el mundo, aunque la buena noticia es que, si se detectan a tiempo, el 90% pueden ser curados. Esto ocurre porque la exposición solar, especialmente a los UVB-UVA, puede dar lugar a alteraciones en el corazón de nuestras células, dañando su ADN.
Por eso, quiero compartir con vosotras dos reglas básicas para evitar estos problemas, como son la prevención y la revisión periódica. Desde hace ya varios años, he intentado incorporar a mi rutina una serie de reglas sencillas y básicas, que apenas llevan tiempo y que os harán sentir mucho más tranquilas.
En cuanto a la revisión, se trata simplemente de estar más atentas a vuestros lunares, aunque al principio pensaréis que son muchos y que es imposible llevar la cuenta, poco a poco os iréis acostumbrando y podréis reconocer rápidamente si tenéis uno nuevo o si alguno ha crecido de forma repentina. Al más mínimo signo preocupante, lo mejor es acudir al dermatólogo para que revise el lunar y tome las medidas adecuadas, ya que en la mayoría de los casos una detección precoz es el mejor remedio.
¿Cuáles son los factores de riesgo? Aunque puede afectar a cualquiera, hay algunas condiciones que pueden hacer que el riesgo aumente, como ser de fototipo claro (piel, ojos y/o cabello claro), tener factores genéticos (numerosos lunares, antecedentes familiares…) o haber sufrido quemaduras solares graves antes de los 15 años.
En las revisiones, hay que tener en cuenta tanto si ha surgido un nuevo lunar, como si uno que ya teníais ha cambiado en tamaño, forma o color. ¿Cómo dectectarlo? Sigue estos sencillos consejos:
- Asimetría: un lunar que no tenga forma ovalada
- Borde: irregulares o “con picos”
- Color: un lunar de varios colores (marrón, rojo, negro…)
- Diámetro: superior a 6 mm
- Evolución: un lunar que cambia rápidamente de tamaño o forma
Y para cuidar no sólo tu salud, sino también la de los tuyos, La Roche-Posay ha lanzado la campaña Skinchecker de educación, prevención y concienciación solar. ¿En qué consiste? En generalizar la costumbre de revisar los lunares propios pero también convertirnos en “skincheckers” de las personas que más queremos y colaborar para prevenir estos problemas cutáneos.
Es muy fácil y podéis convertirlo en un gesto cotidiano siguiendo un sencillo orden de revisión:la cara, la parte superior de la cabeza, la parte de delante y de atrás de las piernas, la espalda, etc. sin olvidar las orejas y el uso de un espejo para llegar a las zonas que no se ven. Además, en la web, podéis encontrar muchos consejos e información útil para la prevención y detección de los melanomas.
Además el autobús de Skinchecker llega a 70 ciudades de toda España para que podamos aprender a revisar nuestros lunares y concienciarnos de la importancia de la prevención solar.
En su interior encontrarás varios espacios con material didáctico para aprender, a través de tres pantallas táctiles, el método ABCDE, una sencilla prueba para identificar lunares sospechosos y un test para valorar el riesgo solar personal en función de cada fototipo.
Una zona de texturas estará disponible para probar las que mejor se adaptan a la piel y obtener muestras gratuitas. Y además, contará con un aparato de diagnóstico de la piel, para que cada persona pueda visualizar sus machas en las capas más profundas de la piel, imperceptibles a simple vista pero que sin una fotoprotección adecuada terminarán por aparecer.
Y, como os decía, también es importante seguir unas pautas de protección que os permitan exponeros al sol sin correr riesgos. Para ello, es muy importante tener en cuenta los siguientes consejos:
- La absorción de la radiación ultravioleta no es directamente proporcional al número del factor de protección. Por ejemplo, un SPF 15 absorbe un 93% de la radiación, y con un SPF 30 se aumenta sólo a un 97%.
- Lo ideal es usar un producto que ofrezca protección frente a radiaciones UVB y UVA (fotoprotector de amplio espectro)
- El uso de un SPF alto, no supone que podamos aumentar nuestra exposición al sol durante más tiempo.
- La aplicación del producto debe ser de forma regular (al menos cada dos horas), después de los baños, cuando hacemos deporte al aire libre… y en cantidad adecuada, que equivale aproximadamente a seis cucharillas de café de loción para todo el cuerpo de un adulto de talla media.