Todos los que tenéis niños pequeños como yo, seguro que en algún momento os habéis preguntado cómo podéis motivarles en sus estudios. Ir a la escuela es un gran reto para los más pequeños, pero también para los padres; tenemos que saber motivarles porque su capacidad de aprendizaje va a depender y mucho de ello.
¿Cómo motivar a los niños en los estudios? 5 Tips
Que los niños tengan éxito en los estudios depende en gran medida de cuánto seamos capaces de motivarles nosotros como padres.
- Planning: como todo en la vida, los estudios requieren de planificación. Por lo tanto, podemos ayudarles a crear un planning estableciendo un determinado horario para hacer los deberes. Es conveniente fijar unos minutos de descanso para que los niños descansen; pueden aprovechar para hacer alguna actividad que les guste.
- Objetivos: una vez establecido un plan de trabajo, lo mejor es que antes de comenzar el tiempo de deberes diarios, ayudemos a nuestros hijos a fijar unos objetivos. Estos objetivos deben ser realistas y medibles, como por ejemplo “Hacer tres problemas de matemáticas para avanzar en esta asignatura”. Es importante que los niños participen activamente en la fijación de los objetivos.
- Recursos: actualmente, existen un amplio abanico de plataformas que pueden ayudar a los más pequeños a hacer de su aprendizaje algo más ameno y entretenido, como por ejemplo test interactivos o videos didácticos. En Internet podemos encontrar este tipo de herramientas, muchas de ellas gratuitas.
- Imagen del colegio: todos los que tenemos niños pequeños sabemos muy bien que ellos son como “esponjas”. Por lo tanto, debemos evitar criticar a sus profesores cuando estén ellos delante, así como hacer comentarios negativos sobre sus tareas escolares del tipo “Creo que Marcos no debería tener tantos deberes”. Tenemos que transmitir a nuestros hijos una imagen del colegio positiva y atractiva.
- Mensajes de ánimo: por supuesto, los mensajes de ánimo que seamos capaces de transmitirles a nuestros hijos son clave. Frases como “Así me gusta, lo has hecho muy bien” o “Sabes que quiero lo mejor para ti”.
Aunque en ocasiones resulte complicado, debemos mantener la calma y evitar hacer comparaciones; jamás tenemos que caer en la trampa de comparar a nuestros hijos con otros niños. Tampoco debemos gritar ni amenazar porque la imagen que estamos transmitiendo a nuestros pequeños alzando la voz es pésima. Y, por supuesto, el castigo siempre es la última opción.