Según datos de La Seguridad Social, el primer trimestre de este año tramitó 87.677 permisos de maternidad y 67.805 permisos de paternidad. Además, las prestaciones económicas por maternidad respecto al primer trimestre del año pasado, han crecido un 13,5%.
Tengo la tentación de pensar, que estos datos significan un incremento en la participación masculina en la vida doméstica. Es cierto que la sociedad está evolucionando, y los varones de nuestro país son cada vez más participativos en tareas hogareñas, así como en la educación y cuidado de los hijos. Pero me temo que todavía queda mucho recorrido, mucho machismo por desterrar y mucho servilismo femenino por eliminar.
Nuestra sociedad está dando grandes pasos para favorecer la igualdad de género, la integración de la mujer en puestos de responsabilidad y el equilibrio en el mantenimiento de determinadas tareas (hasta la fecha patrimonio femenino) de gestión familiar, como es el cuidado de los pequeños de la casa.
Incluso el gobierno, ha optado por tomar medidas socialmente ejemplarizantes, que ayuden y apoyen todo este nuevo movimiento «cultural». Porque bajo mi punto de vista, es eso, un gigantesco movimiento cultural y generacional, en el que nos vemos envueltas nosotras mismas. Tenemos, no sólo el derecho de exigir la equiparación de género en todos los aspectos de la vida social, sino que además, tenemos la obligación de defender este cambio cultural frente a una sociedad, por desgracia, predominantemente machista.
Nuestra herencia generacional ha encumbrado al hombre a una situación de dominación social absoluta, y han transformado nuestra sociedad en un entorno patriarcal, de infravaloración y menosprecio hacia el sexo femenino. Esta situación se ha mantenido temporalmente durante varias décadas, y ha constituido toda una muralla contra la que las mujeres de nuestro siglo han luchado, y siguen luchando.
Como he dicho anteriormente, empiezan a producirse importantes derrumbamientos en el muro de la desigualdad, pero todavía no hemos conseguido limpiar el camino hacia el equilibrio esperado y necesario para todos.
Espero que la noticia del incremento de permisos de paternidad, sea uno más de los impactos que la gigantesca muralla de la desigualdad está recibiendo, y que dentro de poco tiempo, consigamos que no quede ni rastro de la misma, ni el más mínimo atisbo del cemento que en un momento de nuestra historia ayudó a levantarla.
Enhorabuena papás, y seguid evolucionando.