El Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid ha dado un nuevo impulso al plan de humanización del Centro Materno-Infantil con el inicio de un pionero programa de acompañamiento en el parto por cesárea, al permitir la presencia dentro del quirófano del padre o cualquier otra persona que la mujer determine durante la realización de este procedimiento quirúrgico.
El plan, desarrollado conjuntamente por los profesionales de Obstetricia y Ginecología, Neonatología y Anestesiología, Paritorio y Enfermería, incluye también la posibilidad de que las futuras madres den a luz en una de siete posturas diferentes, siempre que su salud y la del niño lo permitan y el periodo expulsivo en el que se produce el nacimiento del bebé progrese con normalidad.
En el caso de la cesárea, además de la posibilidad de acompañamiento -que se hace en algunos de los casos programados-, el plan prevé que, tras la extracción fetal y su posterior reconocimiento, el padre se implique en los cuidados del bebé, ayudando a los profesionales de enfermería en su limpieza y posterior arroyo térmico para mantener una temperatura adecuada.
Parto natural
Es el propio progenitor quien se encarga de colocar en el pecho de la madre al niño durante este procedimiento quirúrgico, para que se produzca el primer contacto piel con piel y comience la lactancia materna, retrasando todas las exploraciones rutinarias, tal y como recoge la evidencia científica actual. Posteriormente, los tres se trasladan a la Unidad de Reanimación, supervisados por algunos de los profesionales que han participado en la cesárea.
El plan también incluye otras novedades relacionadas con el parto natural, como que las mujeres puedan elegir dar a luz en una de siete posturas diferentes, gracias a las nuevas camas obstétricas articuladas instaladas en los paritorios.
Con esta iniciativa, son muy pocas las pacientes que actualmente eligen ya dar a luz en la posición tradicional de litotomía o tumbadas, ya que existe la opción de hacerlo parcialmente sentada, sentada, sentada con apoyo de pies situados a diferentes alturas, sentada agarrada a un dispositivo con forma de arco, en cuclillas o de lado. Esta iniciativa ofrece además la posibilidad de decidir si se desea o no anestesia epidural, rasurado, enemas o monitorización externa de la frecuencia cardiaca fetal y de las contracciones (dinámica uterina). Esto último permite a la embarazada no depender físicamente del cardiotocógrafo antes del parto y caminar o adoptar la postura que desee en el caso de que esté acostada. Solamente en los casos clínicamente necesarios se utiliza la monitorización interna.
El proyecto es consecuencia de la aplicación de una normativa estatal de 2007 y también de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la Federación de Asociaciones de Matronas de España y el Observatorio de la Mujer, que abogan por la atención natural al parto en las maternidades de los hospitales públicos, debido al elevado número de cesáreas registradas en los últimos años.