Mordedura de animales domésticos:
Lavar con agua y jabón y acudir al médico, puesto que puede ser necesario utilizar antibióticos y ponerle una inyección para prevenir el tétanos.
Inhalación de humos o gases tóxicos:
Sacar el bebé al aire libre y, si es necesario, iniciar la reanimación cardiopulmonar, mientras se pide ayuda para trasladarle al hospital.
Quemaduras oculares con productos químicos:
Lavárselos inmediatamente con agua abundante antes de llevarle a urgencias.
Intoxicaciones:
Rarísimas durante los primeros meses de vida, sólo podría causarlas la administración equivocada de un medicamento o una confusión al preparar el biberón tomando por agua un tóxico incoloro. Sin embargo, pensando ya en el futuro, conviene tener presente que cuando un niño se intoxica no siempre es bueno hacerle vomitar ni darle leche; lo mejor es llevarle inmediatamente al hospital o telefonear al Servicio de Información Toxicológica. Aunque su número consta en los envases de numerosos productos de limpieza para uso doméstico, conviene tenerlo en la agenda telefónica o anotarlo en la puerta del botiquín.