- Relacionan el alto nivel de testosterona en el fluido amniótico de las embarazadas con el autismo.
- Puede ser una oportunidad para desarrollar un tratamiento prenatal.
- Puede ayudar a los padres a prepararse para ayudar al niño.
Científicos de la Universidad inglesa de Cambridge han vinculado los altos niveles de testosterona en el fluido amniótico de las embarazadas con el autismo. Este avance puede hacer que el autismo sea identificado durante el embarazo con pruebas prenatales como la amniocentesis, la más usada en la identificación del síndrome de Down (consiste en extraer una pequeña muestra del líquido amniótico que rodea al feto para examinarlo).
Estas conclusiones se basan en el seguimiento del comportamiento de 235 niños desde el nacimiento hasta los ocho años de edad, según informa el periódico británico The Guardian.
Con este avance científico se ha abierto además un debate sobre que las parejas recurran a esta prueba. «Si hubiera una prueba prenatal para el autismo, ¿Esta sería deseable? ¿Qué perderíamos si los niños con autismo fuesen eliminados de la población?», se pregunta el profesor Simon Baron-Cohen, director del equipo que llevó a cabo esta investigación.
«Deberíamos empezar a debatir esto. Hay una prueba para el síndrome de Down y es legal y los padres ejercen el derecho de elegir sobre el embarazo, pero se suele vincular al autismo con el talento. Es una condición diferente», agregó.
Los niños autistas pueden tener una enorme capacidad para las matemáticas o la música, pero también problemas de comunicación, por lo que algunos deben ser ingresados en instituciones especiales.
Por otro lado, este avance puede dar paso al desarrollo de tratamientos. «Algunos investigadores de compañías farmacéuticas pueden ver esto como una oportunidad para desarrollar un tratamiento prenatal. Hay fármacos que bloquean la testosterona», exlicó Baron-Cohen.
La Sociedad Nacional del Autismo ha indicado que algunos de sus miembros consideran que una prueba para detectar el desorden puede ayudar a los padres a prepararse para ayudar al niño.