La composición de la leche materna en cuanto a proteínas y grasas está adaptada perfectamente a la edad específica del bebé.
Los bebés que toman leche materna casi nunca padecen diarrea ni estreñimiento.
La leche materna proporciona una mejor protección contra las alergias y las infecciones que la leche artificial.
Se evitan todos los síntomas de la alergia a la leche de vaca (este tipo de alergia puede ser fuerte, sobre todo durante los primeros seis meses), aunque a veces debes evitar consumir tú leche de vaca en las comidas.
La fuerte succión en los pechos es beneficiosa para el desarrollo de la mandíbula, el lenguaje y la dentadura, y satisface la necesidad de succión del bebé.
Los bebés alimentados con leche materna nunca engordan demasiado. Incluso en su vida posterior, parece que tienen menos probabilidades de padecer sobrepeso.
La lactancia materna satisface las necesidades de contacto corporal del bebé.
Ventajas para la madre:
Es una experiencia única por la que sólo puedes pasar durante un breve período de tiempo.
La lactancia materna crea un contacto íntimo con tu hijo, reforzando vuestra vinculación mutua.
La lactancia materna reduce las probabilidades de desarrollar osteoporosis (pérdida ósea) porque la densidad de los huesos aumenta más cuanto más tiempo se da el pecho.
Es fácil: siempre tienes alimento a mano, y no tienes que pasar por el lío de esterilizar biberones, calientabiberones, etc. cuando sales.
La lactancia materna no cuesta nada, por lo que es más barata que la lactancia artificial que, a veces, puede resultar cara.
Madrileña, creadora y editora de MujerGlobal. Una amante del mundo de la belleza y la moda que nunca renuncia a una tarde de compras con las amigas. Mis grandes pasiones, viajar y pasar el tiempo con mis 4 hijos.